23 dic 2007

UNA CARTA QUE VOY A MANDAR A LOS PERIÓDICOS

Sábado por la noche.
Vamos a despedir a un amigo que se marcha por un tiempo indefinido a México.
Somos 5 (una chica y 4 chicos), Nos tomamos algunas cervezas en el bar de siempre, el Iris de Marina, un bar en el que hemos pasado innumerables noches charlando hasta su hora del cierre (las 3 de la mañana, como todo bar de copas en Barcelona).
Esta vez no iba a ser diferente. A las 3 nos echan ¿Dónde vamos? ¿Vamos al Ceferino? De acuerdo.

El Ceferino, calle Pamplona 88.
Un bar musical que está abierto hasta las 6 de la mañana, en este bar nunca nos han puesto pegas para entrar, es de ambiente heavy-rock español.
Se puede entrar con el pelo largo, con el calzado que quieras… sin problema.
En la entrada nos piden los DNI a todos (5 personas de más de 25 años, tirando ya hacia los 27). Qué raro que nos pidan el DNI, si nunca lo habían hecho.

Un amigo mío le dice al hombre de seguridad que antes no lo pedían, enseguida y sin decirle nada más el hombre de seguridad se empieza a poner muy chulo con mi amigo: “Pues hace 5 años que trabajo aquí y siempre se ha pedido el DNI”, cosa que nosotros sabíamos que era mentira y se lo dijimos, porque hace mucho tiempo que también vamos a ese local. La sangre no llega al río y se acaba aquí la discusión.

En el momento de entrar le mostramos todos el DNI y al que le había dicho que lo de los 5 años no es cierto le dice que no puede entrar hoy y que mañana quizás sí que pueda, ¿Por qué? Pues porque sí y punto.
Nos quedamos a un lado apartados de la puerta y comentando entre nosotros y para nosotros que ya no volveremos más al local durante bastante tiempo, estando allí aparece un hombre con la cabeza rapada y nos pregunta qué ha pasado, que él es el dueño del Ceferino desde hace no demasiado y está interesado en saber qué ha pasado.
Le comunicamos el pequeño incidente de la puerta y nos da la razón diciendo que lo de pedir el DNI es desde el enero pasado que lo piden, porque están obligados por ley.
Hasta aquí todo correcto.

El dueño del local se empieza a poner nervioso y nos dice que tienen derecho de admisión y que hay que acatarlo, entonces le pregunto si también tiene hojas de reclamaciones.
Nos dice que sí, pero que no nos las piensa dar, le decimos que está obligado a darnos una hoja de reclamaciones. Entonces empieza a chillarnos en medio de la calle y a decirnos a “grito pelado” que si no consumimos no tiene por qué darnos una hoja de reclamaciones, le decimos que no nos chille que le estamos hablando normal, pero el hombre está un poco fuera de sí (quizá efecto de algún psicotrópico).
Finalmente le amenazamos con llamar a la Guardia Urbana (de Barcelona) y entonces nos amenaza: “No vais a entrar nunca más en mi local ni en ninguno de Marina” es la frase que nos chilla.
Tenemos entendido que son 3000 € de multa por cada hoja de reclamaciones que no se nos presente, dado que están obligados a tener dichas hojas.
El dueño del local desaparece tras las puertas de entrada y vuelve diciéndonos que si queremos hojas de reclamaciones las tendremos, le pedimos 5 hojas (somos 5).
Nos dice que no tiene 5, que sólo tiene dos que son las que le obligan a tener (según él).
Y sin más ni más me da dos empujones en medio de la calle, mis amigos me llevan a mí hacia un lado y a él hacia otro. Es obvio que ha perdido los papeles.

Sigue amenazándonos que no volveremos a entrar en su local ni en ningún otro de la zona de Marina, en ningún momento le devuelvo los empujones, lo más que hago es coger el móvil y llamar a la Guardia Urbana (092), le explico al agente del otro lado del teléfono que estamos pidiendo una hoja de reclamaciones que no nos quieren proporcionar y que me siento agredido por el dueño del local porque me ha empujado 2 veces en la calle.
Los empujones, por cierto, han sido lo suficientemente fuertes como para echarme un par de pasos atrás y soy un hombre joven de 1’90 metros de altura y unos 85 kgs de peso al que le gusta hacer deporte.
El agente al teléfono me dice que envían una patrulla hacia el local, mientras esperamos vemos salir al dueño del Ceferino e irse por una calle, y vuelve con una sola hoja de reclamaciones (probablemente de otro local) y nos la da para que la rellenemos. No tiene más y es lo único que puede darnos.

Esperamos más de media hora a la patrulla de Guardia Urbana y no se presenta, mi amigo al que no han dejado entrar al local, termina de rellenar la hoja, se la devolvemos al dueño y nos quedamos con nuestras correspondientes copias.
Cansados ya de esperar alguna persona uniformada vuelvo a llamar al 092, me comentan que han transferido la llamada a los Mossos d’Esquadra, que llame al 088.
De paso diré que hay una comisaría de Mossos a dos manzanas del lugar del incidente.
Llamo al 088, me comentan que justamente esta noche van desbordados de llamadas, que la ciudad está a rebosar de peleas y de robos, que si ya nos han dado una hoja de reclamaciones que en las observaciones podemos poner que somos más de uno haciendo la reclamación.
A lo que le contesto que ya se la hemos entregado al dueño y que no se la queremos volver a pedir porque antes se ha puesto muy agresivo dando empujones y que no queremos entrar en conflictos, el agente del otro lado del teléfono me comenta que lo sienten pero que no pueden hacer nada.

Lo que son las casualidades, vemos pasar un coche patrulla de la Guardia Urbana que se para a 30 metros de la entrada del local, donde también hay una ambulancia (seguramente alguien con muchos problemas de alcohol desmayado), nos acercamos al coche patrulla y le comentamos el caso a uno de los agentes, le pedimos también si puede venir a acompañarnos a pedir las hojas de reclamaciones.
El agente nos comenta que ahora ya es cosa de los Mossos, que no es el procedimiento habitual y que no puede hacer nada, seguidamente nos dice que ahora tiene trabajo, se gira, nos deja con la palabra en la boca y sigue con sus papeles como si no estuviéramos allí. Nos sentimos bastante indignados e impotentes, vemos que no hay nada que hacer y en cuanto nos ponemos de nuevo en marcha hacia el metro me llaman al móvil desde la comisaría de los Mossos d’Esquadra.
Nos dicen si podemos llegarnos al número 40 de la misma calle que nos enviarán allí una patrulla, accedemos, llegamos al lugar y les contamos a dos Mossos todo el caso: desde la negativa a entrar “porque sí” hasta la agresión del dueño del local.
Su respuesta es que es un tema más bien de la Guardia Urbana, que podemos reclamar a la Oficina del Consumidor vía Internet y llevar luego las hojas, aunque reconocen que no servirá para nada, o que podemos denunciar agresión, pero que como no hay marcas ni señales de pelea (sólo han sido 2 empujones) será su palabra contra la mía.

Les pedimos si alguien uniformado puede acompañarnos a pedir ni que sea la hoja de reclamaciones entregada para que no se ponga violento, que es lo único que queremos, que venga alguien de uniforme con nosotros y que vea la situación, nos comentan que no es el procedimiento habitual, que ya no han querido quedar delante del local para no provocar y que no puede ser.
En esto que les llaman por la radio: “hay un herido en el metro”, se tienen que marchar, lo entendemos, pero no les dejamos marchar sin antes decirles que no sirven para nada.
El Mosso (visiblemente molesto) se mete dentro del coche dándonos la razón irónicamente (“sí, no servimos para nada”), y así termina la historia.

Una historia en la que un grupo de jóvenes ha evitado un altercado callejero no queriendo volverse contra un agresor siguiendo y agotando todas las vías legales a su disposición, lo único que hemos encontrado son puertas cerradas, mucha incapacidad y mucha impotencia, me pregunto qué tengo que hacer en otro caso similar, porque sólo veo dos soluciones: agachar las orejas y sentirme pisoteado por alguien sin ninguna razón o escoger la vía de la violencia y arriesgarme a que me rompan algún hueso o me saquen una navaja.
Ninguna de las dos opciones me gusta, pero no veo que haya ninguna más.

4 comentarios:

Norritt dijo...

Aiya.

A que adivino quien preguntó?
En cefe´s siempre que hemos ido este año nos han pedido el DNI, no es la 1ª vez.

La situación es un poco jodida, una mala noche... mientras no se vuelva a repetir... y se disfrute de la noche, sin incidentes...

EDIT STAFF: Seguramente edite el post para que no se va tan juntas las frases,y haya un poco de espacios entre parrafos.

Sentencia dijo...

No, no creo que adivines quién preguntó

Maite Moreno dijo...

lamentable actuación la del jefe del local, lamentable actuación de los cuerpos policiales.. esperemos que las nuevas generaciones de mossos y urbanos estén más concienciados.. yo confío en que así sea..

Judit dijo...

Lo que no os pase a vosotros...